Animales y compostaje biodinámico
En la naturaleza todos los organismos están interconectados, desde los más grandes hasta los más pequeños, desde los más simples hasta los más complejos. Todo funciona de una manera muy simple pero extremadamente refinada, lo que hace que no siempre sea fácil comprender las conexiones que unen el mundo natural en el que vivimos. El agricultor biodinámico observa cuidadosamente lo que sucede y temporada tras temporada refina sus conocimientos y habilidades para permitir mejor el vital fuerzas para que fluyan dentro de sus productos. El objetivo de la agricultura biodinámica es producir alimentos saludables para apoyar las actividades físicas y mentales de los seres humanos.
Es importante cuidar bien el suelo y el aire para obtener buenos productos biodinámicos, y esto se consigue cuidando el organismo agrícola a través de setos, estanques, biodiversidad vegetal y animal, y también utilizando tratamientos en plantas que no no dañar a los insectos beneficiosos y prestar especial atención al bienestar animal.
Los animales en una granja biodinámica siempre son muy importantes, ya sean animales domésticos como caballos, vacas, ovejas, burros, abejas o salvajes como lombrices, pequeños pájaros, insectos, hasta ciervos y jabalíes que visitan frecuentemente los cultivos. Los animales cambian el ambiente de la granja aportando cualidades específicas propias de su especie.
Cualquiera que haya tenido la oportunidad de tener un gato, un perro o un pájaro en casa ha experimentado esto. Cada animal tiene una cualidad específica: mientras el gato es astuto y sofisticado, el perro tiende a ser más cariñoso y leal. Lo mismo puede ocurrir con las gallinas vivaces o con las vacas pacíficas. Las conexiones que vinculan a estos animales con su entorno y los efectos que puede tener su introducción en la granja aún no se han explorado del todo. Es cierto que desde un punto de vista "macroscópico" -como sugiere R. Steiner en su ciclo de conferencias* sobre agricultura- cada animal se alimenta en la granja y libera sus excrementos, que en la economía de la naturaleza están destinados a fertilizar el suelo. Incluso en el caso de los excrementos, cada animal desprende sus propias características. El estiércol de caballo se calienta mucho, el estiércol de pollo es rico en nitrógeno y hace que las plantas crezcan rápidamente, el estiércol de cabra y de oveja son pequeños gránulos llenos de aire, el estiércol de vaca se encuentra entre los más equilibrados. Por eso en biodinámica se elabora y madura adecuadamente un montón de estiércol de vaca para esparcirlo en los campos. Este compost biodinámico aporta un particular equilibrio a nuestro suelo, lo vuelve fértil, aumenta la actividad de la flora biológica y mitiga los desequilibrios estacionales. Las plantas son más sanas y los productos más sabrosos.
Sin embargo, el estiércol no se distribuye fresco tal cual, sino que se procesa mediante compostaje biodinámico para aportar mayor vitalidad al suelo, a las plantas y, en consecuencia, a productos como las uvas.
Se forma una pila de estiércol, no demasiado alta para evitar una fermentación anormal en el fondo, y se añaden hierbas específicas debidamente transformadas. Para ello se utilizan preparados de compost biodinámico. Se componen de seis especies de plantas: milenrama, manzanilla, ortiga, roble, diente de león y valeriana. Cada uno de ellos aporta una cualidad específica al compost, como la ortiga, que apoya el proceso del hierro, evitando que las plantas amarilleen.
De esta manera, el compost biodinámico promueve la salud de las plantas y, en consecuencia, de los animales, un objetivo fundamental para el agricultor biodinámico que quiere prevenir problemas. En biodinámica, cuidar el suelo, las plantas y los animales significa aumentar su vitalidad para proporcionar un producto que nutra al ser humano de forma completa y saludable.
de Elena Zaramella