Poda de invierno en el viñedo: una operación clave
Durante estos meses de invierno, cuando todo en el viñedo parece "dormido", tiene lugar una de las operaciones más importantes del año. Esta es una tarea que disfrutamos ya que nos permite crear y moldear la estructura física de las plantas, asegurando su equilibrio vegetativo y productivo y, lo más importante, su vitalidad con el paso de los años. En una palabra sencilla: poda.
La poda es una operación muy compleja y difícil de sistematizar, pero intentemos desglosarla:
¿Cuándo empezamos a podar? En un mundo que tiende hacia la mecanización pesada, este aspecto a menudo se pasa por alto, ¡pero lo consideramos fundamental! Empezamos a podar sólo una vez que todas las hojas han caído al suelo, tras la llegada de las primeras heladas, y nunca antes de que la planta se haya preparado para su "latencia". De esta forma, estamos seguros de que cortar una rama o un tronco no provocará desequilibrios en la planta. Además, después de un año de trabajo, ¿por qué no tomarse un poco de tiempo? Otro aspecto importante: siempre se recomienda podar en las fases de luna menguante, cuando el flujo de savia se reduce y la planta está más "ralentizada".
¿Cómo se hace la poda? Esta pregunta es bastante difícil ya que las técnicas de poda dependen en gran medida de cómo hayamos decidido manejar nuestro viñedo. Por simplicidad podemos decir que está hecho a mano, cuidando el respeto de la planta, evitando cortes drásticos y trabajando siempre pensando en el futuro. La poda de este año asegura la producción de esta temporada y al mismo tiempo establece la estructura para el crecimiento de las plantas del próximo año.
¿Es solo poda? ¡Absolutamente no! La poda suele ir asociada a muchas otras operaciones como la eliminación de brotes y el atado, que se realizan en diferentes momentos por comodidad pero que están estrechamente relacionadas con la poda. El primero es fundamental para despejar la estructura de soporte de la madera cortada, permitiendo el desarrollo de nueva vegetación durante la temporada. La segunda es necesaria para mantener un buen control sobre la estructura que hemos decidido darle a las plantas.
¿Qué pasa con las podas? Aunque las podas, las ramas cortadas de las vides, pueden considerarse un excelente fertilizante natural si se compostan y se integran en el suelo, nuestra empresa las retira del viñedo y nunca las reintegra. A menudo, las podas son una fuente de inóculo de hongos e insectos, que son difíciles de combatir. Por eso, para asegurar la máxima sanidad del viñedo, preferimos eliminarlos e integrar materia orgánica y nutrientes a través de otras fuentes, ¡de las que hablaremos en otro momento!